Por Almudena Alegría.


Artèpolis es un proyecto personal que nace para pensar y divulgar sobre el patrimonio de Sevilla y Andalucía. Es un recorrido a través de sus historias para ponerlas en valor, enriquecer nuestra visión del pasado y así, comprender mejor nuestro presente.
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Sevilla, ciudad que había alcanzado un gran esplendor durante los siglos XVI y XVII, se convertiría en el siglo XVIII en sede de la Corte Española y, por lo tanto, en residencia de los monarcas. Este periodo será conocido con el nombre del Lustro Real, que duraría únicamente desde 1729 hasta 1733. A pesar de tratarse de una etapa breve, causará un gran impacto en la ciudad sevillana.

La entrada de la comitiva en la ciudad, que tuvo lugar la tarde del 3 de febrero de 1729, fue un acontecimiento de gran envergadura. La ciudad se vistió de gala para recibir a los reyes, que con un gran número de carruajes ocupados por los demás miembros de la realeza y la corte, entraron por la Puerta de Triana. Su triunfal recorrido les dirigió hasta llegar a los Reales Alcázares, donde se establecería su residencia habitual.

Un grabado de Pedro Tortolero nos muestra el ambiente de la ciudad ante la entrada de los Reyes y su comitiva.

Pero, ¿por qué motivo se traslada la Corte a Sevilla?

La Corte, que hasta ese momento se encontraba en Madrid, se trasladó a Sevilla por decisión de los Reyes Felipe V, primer Borbón en reinar en España, y especialmente de la reina Isabel de Farnesio.

Jean Ranc. “La familia de Felipe V”, hacia 1723. Museo Nacional del Prado.

Los motivos de esta decisión no parecen estar claros, y dependiendo del autor podemos encontrar diferentes explicaciones. En lo que muchos parecen coincidir, es en relacionar el traslado de la Corte a Sevilla con el estado de salud mental del Rey. La reina, consciente de la situación, probablemente consideró adecuado que el rey cambiase de entorno para intentar recuperarse.

Por otro lado, Sevilla siempre mostró su apoyo al monarca en la Guerra de Sucesión, cuya victoria le otorgaría el trono de España. De este modo, el Rey otorgaba a la ciudad sevillana reconocimiento y gratitud.

El Lustro Real, un momento de cambios para Sevilla.

El establecimiento de la Corte en Sevilla, supuso un nuevo impulso para la ciudad. Años antes, en 1717, la sede de la Casa de Contratación pasó de Sevilla a Cádiz, precisamente por orden del rey Felipe V. En cierto modo, esto contribuyó a un detrimento del estatus del que gozaba hasta ese momento.

Si bien, con la llegada de la Monarquía, la ciudad vivió una intensa actividad cultural, artística y arquitectónica, experimentando una revitalización en diferentes ámbitos:

Por otro lado, este periodo supuso la instalación en Sevilla de numerosos artistas de la Corte, que pronto interactuaron con artistas locales, generando una influencia que se dejaría ver en la producción artística del momento.

Un ejemplo de ello lo encontramos en Domingo Martínez, uno de los pintores más destacados de la Sevilla dieciochesca, quien va a ir introduciendo en su obra una estética francesa debido a su amistad con el pintor Jean Ranc, al cual conoce en estos años.

Durante el Lustro Real, los Reyes visitaron diferentes lugares de la ciudad. Si bien, fue la reina Isabel de Farnesio, de gran inquietud intelectual y admiradora del arte, la que se interesó en mayor medida por sus iglesias y conventos, y especialmente por las obras de Murillo. Fue entonces cuando la reina adquirió algunas obras de dicho pintor.

Con la vuelta de la Corte a Madrid, estas pinturas fueron igualmente trasladadas y comenzaron a formar parte de la colección real. Este hecho es muy significativo, ya que hasta el momento las obras de este artista no contaban con representación en las colecciones reales. Es por este motivo por el cual hoy día podemos apreciar obras como La Sagrada Familia del Pajarito en el Museo Nacional del Prado.

Bartolomé Esteban Murillo. “Sagrada Familia del Pajarito”, hacia 1650. Museo Nacional del Prado.

No obstante, estos años no hicieron mejorar la salud del Rey, quien por propia voluntad decide volver con la Corte a Madrid en mayo de 1733.

Este artículo tendrá su continuación en uno próximo, que tratará sobre la exaltación al trono de Fernando VI y Bárbara de Braganza en 1747.

BIBLIOGRAFÍA

ACEDO CASTILLA, José F. (1990): “Sevilla, capital y corte de Felipe V (1729-1733)”, Boletín de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, vol. 18, 1990, pp. 133-143.

MORALES, Nicolás y QUILES GARCÍA, Fernando (2010): Sevilla y Corte. Las artes y el Lustro Real (1729-1733). Casa de Velázquez, Madrid.

MORALES, Alfredo (2005): “Imagen urbana y fiesta pública en Sevilla: la exaltación al trono de Fernando VI”. Reales Sitios: Revista del Patrimonio Nacional, no 165, p. 2-21.

MORILLAS ALCAZAR, José María (1996): Felipe V e Isabel de Farnesio en Andalucía. El traslado de la Corte a Sevilla [1729-1733]. Padilla Libros Editores & Libreros, Sevilla.

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